Hace ya más de medio siglo, en un pequeño, frío y solitario pueblo de entre las montañas sorianas, vivía un joven pastor con sus cabras y allí disfrutaba de una tranquila vida con su rutina,
Por aquel entonces entre los vecinos del lugar se oía el rumor de que algún ser extraño se escondía por aquellos parajes.
El pastor que además de
valiente, era muy incrédulo, decidió salir en su busca, y tras muchos y largos
días sin encontrar alguno. Una noche decidió regresar.
Caminaba entre aullidos de
lobos, bajo la luz de la luna llena, cuando le sorprendieron unos aterradores
ojos brillantes, así que echo a correr tan deprisa como pudo y se refugió en su
casa, pero la bestia le siguió y devoró a su ganado.
El pastor paralizado por
miedo a tener delante a aquel monstruo tan repugnante con aspecto de un enorme
murciélago, con garras afiladas y comillos puntiagudos, a duras penas alcanzó
su escopeta y le disparó justo en el pecho, acabando así con aquel bicho.
Se cuenta que desde ese
día, el cabrero dejó de hablar, y nadie sabe si fue por el tremendo susto o
porque la bestia le hizo perder la lengua.
NICOLÁS COLOMA de 2º de
ESO A
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