Iba paseando por la calle
a las 0:12, giró a la izquierda y se metió por una sombría callejuela, hacía
frío y había niebla. Notó que alguien le seguía, se dio la vuelta pero no vio
nada más que su sombra reflejada por la escasa luz de la farola que amenazaba
con apagarse de un momento a otro.
Llegó a su portal, viejo y
ruinoso, subió los 48 peldaños, no sin que crujieran más de la mitad, puesto
que las termitas lentamente se los habían comido.
Fue a sacar la llave para abrir, pero algo le
toco el cuello, se oyó un ruido y una enorme mancha roja le empezó a rodear.
ALICIA BAUTISTA BENITO de
2º de ESO A
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