Una noche un grupo de
amigos se reunieron en una casa. Querían jugar a la güija. Pensaron que sólo
era un juego, pero desde aquel día, en la casa de Lucía pasaban cosas extrañas
con una muñeca de porcelana.
La muñeca aparecía en
lugares distintos, y todas las noches a las tres de la madrugada se oían unos
ruidos muy raros.
Lucía empezó a pensar que
todo podía tener relación con la güija. Se lo contó a sus amigos y buscaron
información sobre el tema. Según lo que habían leído, la muñeca de porcelana
podía estar poseida. El demonio usaba objetos para poder poseer personas.
Intentaron quemar la
muñeca, tirarla, romperla… Todo fue inútil, el destino de Lucía estaba escrito.
NATALIA FONDEVILLA de 2º
de ESO A
No hay comentarios:
Publicar un comentario